“IV Festival de poesía Latinoamericana” - "La Poesía Latinoamericana Hoy" - "La galería de los nadies"

“El poeta como un pastor de abismos”


J. Boccanera abrió la entrevista refriéndose al éxito del festival y dando un panorama sobre la poesía y la vida literaria de J. M. Roca:“Una de los voces más destacadas de la poesía hispanoamericana, hoy, -dijo- con una obra profusa y una poesía basada en la imagen fulgurante, el pasaje narrativo, una mordacidad, una ironía muy peculiar y un retrato sombrío; creo que es su forma de expresar desde los márgenes a una galería de impugnados que cruzan su obra, de apartados, desterrados, negados, excluidos; personajes, el errante, el solitario, el transterrado, el divos, el aguafiestas, el incierto, el hacedor de libros y creo, que no es para nada forzado vislumbrar en el entrelineado de sus versos la zona sombría de una Colombia castigada por la violencia; de ahí, figuras grotescas que aparecen como salidas de las pinturas de Goya o del teatro esperpéntico de Valle Inclán…”

“El poeta como un pastor de abismos”
-“La expresión, el poeta es un pastor de abismos, -refirió Roca- viene suscitado por una idea que, continuamente, me asalta alrededor de la poesía, o mejor aún, de la poesía que a mi me gusta, que es la poesía como insolución, la poesía refractaria a los poderes, la poesía que de alguna manera se desgregaliza inclusive de lo ideologizante, no de lo ideológico; en ese sentido a un poeta se le presentan muchas dudas, yo creo que el poeta es un pastor de dudas, ya que la poesía no nace tanto de las certezas como de las preguntas; en ese pastoreo de abismos que es la poesía, de alguna manera me lleva a concluir, no de una manera asertiva pero intuir que un poeta es, fundamentalmente, aquel que se traduce a si mismo y que cuando logra traducirse a si mismo habita en los demás y es cuando se funda el hecho estético. Un poema no existe si, solamente, lo conoce su autor, sino cuando habita en el otro, esa preocupación por el otro, tan rambaudiana, que de alguna manera ha sido el epicentro de la lírica moderna, obliga a despersonalizar el yo poético, a lo puramente referencial e insta a mirarse a uno mismo para traducir a los demás y en ese largo camino del poeta para traducirse a si mismo para traducir a los demás padece una serie de dudas, de huecos, de vacíos, de abismos que son los que intentan de alguna manera llenar la palabra, llenar el lenguaje. Yo creo que lo más maravilloso que tiene la poesía es que nos obliga al habla justa, a buscar la palabra justa en el inmenso pajar del lenguaje, de manera que no sea la palabra puramente hueca, calcárea, como se vuelve en general cuando hablamos otro tipo de lenguaje. Poncela, dice, que hay dos tipos de lenguaje, uno es el lenguaje de emergencia que nos sirve para pedir una cerveza, para sobrevivir y el otro es el lenguaje de la esencia, que es el que nace, fundamentalmente, de la poesía, de manera que, para sintetizar la idea, el poeta pastorea esos abismos, pastorea esas dudas, pastorea sus miedos, sus fantasmas y también sus demonios, no los anula, solamente, los pastorea..."
Un eslabón de oro en esta cadena de jornadas repletas de buena poesía que es el “IV Festival de poesía Latinoamericana” que se viene celebrando en Buenos Aires y que culminará el miércoles, con lo que, seguramente, será otro de sus mejores momentos, el reportaje de Vicente Muleiro a Jorge Boccanera.